En el bordado la aguja atraviesa la tela en un punto y, en su recorrido, deja el rastro del hilo sobre la tela, componiendo lenta, fútilmente, una forma. No es sino por repetición y acumulación de puntadas que emerge esa forma, que se devela, se hace visible. El ida y vuelta de la aguja traspasando la tela en un punto traza una a una las líneas hiladas, las cuales, sólo reunidas al resto de las puntadas, mancomunadas, habilitan la forma.
Las obras de Silvina Yesari y Mariana Fadón dialogan obsesivamente sobre la unidad mínima e irreductible de la expresión plástica: el punto, y, desde ese núcleo, expanden el trazo -ínfimo, delicado, decidido- sobre la tela y el papel.
En esa interrelación, las obras construyen una poética común con muy pocos elementos: el punto cruz y la grilla, los cuales conjeturan la imposición de un orden, de un límite. Por un lado, la técnica del punto cruz se realiza disociando el camino lineal y la orientación de las puntadas inferiores de las superiores que conforman cada punto en cruz, manteniendo esa regularidad en toda la extensión de la obra. La grilla, por su parte, impone un patrón, un anclaje al inicio del trazo y una extensión a la puntada. Esa cuadrícula -la de la trama de la tela y la dibujada- puede pensarse como un refugio, como una zona de estabilidad y de contención a la propuesta estética, pero que es, sin embargo, puesta permanentemente en crisis por el juego compositivo de lo minúsculo impreso mediante imágenes poéticas singulares.
En Silvina se enfatiza la exploración de las tonalidades, la tensión entre las microexpresiones y las dimensiones del soporte, la apuesta óptica a reducir la amplitud hacia núcleos expresivos concentrados.
Por su parte, en Mariana prevalece la mirada monocromática que aspira a crear un lenguaje dibujado, propio y personal, en donde la palabra dicha es apropiada para proyectarla en el plano de lo visual, resemantizada.
Casi alcanza a sentirse el pulso vital que empuja incisivamente la aguja en un punto para que ingrese en la tela, se esconda en el reverso y emerja nuevamente en otro punto del anverso, el mismo pulso que lanza la pluma con una línea de tinta de un punto a otro de la grilla construyendo la puntada dibujada en la dirección contraria al hilo que cruza por debajo.
El tiempo del bordado y del dibujo del bordado evoca otro tiempo, uno ralentizado, donde la expresión estética se va materializando minuciosa, casi detenidamente. Un tiempo que supone la reiteración del instante -del punto, de la línea- hasta llegar a conseguir una forma. Es un hacer que pone en valor el momento presente como un continuo, mediante la reanudación del movimiento casi circular, elíptico, de la puntada, convocando así un tiempo regenerativo, perpetuo.
La exhibición del proceso creativo importa recuperar un tiempo a destiempo de los tiempos actuales, donde sólo adquiere valor aquel resultado final que se obtiene ahora, ya, inmediatamente. La puesta en escena de los bocetos donde se prueba, insistentemente, una y otra vez, la puntada, el cruce del punto, el color, la forma, nos interpela acerca del concepto de obra, de sus límites, de su completitud, porque esos ensayos no son sino la evidencia de una potencialidad expansiva hacia otra materialidad, la hipótesis de una estética aun no comprobada. Aún más, podría afirmarse que mostrar aquello que no se completa, lo inacabado, lo que antecede a la idea de obra, es poner también en cuestión el concepto de anverso y reverso del bordado: una continuidad expuesta, una superficie regular de la forma en cuyo revés inmediato, no obstante, anida su alteración: las interrupciones con nudos de cierre, uniones de hilos o cambios de color.
Esta exposición es una invitación a detenerse en lo mínimo, a fijar la mirada en el punto, a hurgar en la trama y en su revés, a develar la palabra que anida en la imagen. A participar de un tiempo recobrado.
Por Ana Trejo, Estudió Derecho y Letras en la UBA. Cursó postgrados orientados a políticas públicas en Gestión Cultural, Derecho Administrativo, Servicios Públicos e Infraestructuras.
Texto de Sala en el Palacio Legislativo, Sala de Exposiciones Manuel Belgrano
Buenos Aires, Marzo 2023